‘‘ Sabor a décima’’

VOZ 1: En décima quiero hablarte
porque es lengua de mi paso
paciencia de cañamazo
hasta que el toro se harte
su inferioridad de arte
no le hace ver, a mi modo,
culpabilidad de lodo
ni de tonada manida
pues la gente más sufrida
en ella lo ha dicho todo.

Muchas veces la pregunta
de académica respuesta
se echó la décima a cuesta
para escarbar con la yunta.
Admiro al hombre que apunta
desde el cayo de su mano
y con lenguaje liviano
nombra el rostro de la cepa
por tal que el alma le quepa
al son de un punto cubano.

VOZ 2: Canto y el cantar me sabe
a décima campesina,
voz de caña cristalina
que al viento se vuelve clave.
Verso amasado, casabe,
pulpa donde mis abuelos
buscaron con mil desvelos
en otras tierra con dueños
estos seculares sueños
que hoy se desprenden del cielo.

Por eso es que el canto mío
tiene de buey y carreta,
como tiene la cuarteta
de machete y de bohío,
por eso es que siempre el río
me complace más que el mar,
porque qué puede lograr
arañarme lo de adentro,
si siempre en mi historia
cuento la luna tras de un palmar.

Canta el sinsonte conmigo
si estreno en la guardarraya
un silbido tras la zaya
que del amor busca abrigo
canta y al cantar consigo
que el canto confunda al viento
para tener por momentos
un amigo,
un amigo,
un amigo.