‘‘ Mi Velorio’’

Wanting to see my wake, I played dead one morning and what happened there was almost laughable, the house was filled with flowers and mourners. Nobody criticized me anymore, I was a good person, I was a good person. The one who cried the most sincerely was a very decent neighbor who, saddened, said he owed me a hundred bills. Almost all those present that night got lost and between stories and coffee the others fell asleep. Someone offered to help my distressed wife while saying quietly that the widow is very hot. I continued the joke up to there. The soles of my shoes flew sparks when I stood up and said to her, go help your grandmother. Ouch, ouch, ouch! Grab it! Don't go to your wake, don't go to your wake. They look at your wife, they almost take her away. There are those who ask you for coffee and another papaya juice. Some speak badly of you and others throw in the towel. Ouch, ouch, ouch! Don't put me in, don't put me in. Come on Tony! Don't put me in, don't put me in. Ouch! Let go of my shroud. They'll open your belly and fill it with straw. Let me go, gentlemen! Too much

Queriendo ver mi velorio me hice el muerto una mañana
y lo que allí sucedió casi de reír da ganas,
la casa se me llenó de flores y de dolientes.
Ya nadie me criticaba, yo era toda un buena gente,
yo era todo un buena gente.
Quien más sincero lloró fue un vecino muy decente
que apenado comentó me debía cien billetes.
Casi todos los presentes por la noche se perdieron
y entre cuentos y café los demás se me durmieron,
los demás se me durmieron.
A mi angustiada mujer alguien le ofreció su ayuda
mientras decía bajito está muy buena la viuda.
Hasta allí seguí la broma. Sacaron chispas las suelas
cuando me paré y le dije, vaya a ayudar a su abuela.
¡Ay, ay, ay!
¡Agarra!
No vayas a tu velorio, a tu velorio no vayas.
Te miran a tu mujer, casi le quitan la zaya.
Hay quien te pide café y otro jugo de papaya.
Unos hablan mal de tí y otros te tiran la toalla.
¡Ay, ay, ay!
Que no me metan, que no me metan.
¡Vaya Tony!
Que no me metan, que no me metan.
¡Ay!, suéltame la mortaja.
Que te abren la panza y la llenan de paja.
¡Suéltenme, caballeros!