Despertar (Awaken) in the difficult 1990s, with its fluent flute lead, marries melancholy with hope and yearning, telling about life at, "one of those moments when the world around you seems to lose meaning, when the economic crisis of the Special Period, a crisis that impacted on ethics and aesthetics, meant hard times for dreamers".
Hoy he despertado y al mirar al sol,
Me ataca la pena de su triste azar,
Siento que no ahoga todo su calor
Que sueña apagarse en la humedad del mar.
Hoy he despertado y al mirar al mar,
Siento que su sueño es una piedra y más,
Que quiere secarse en el calor del sol
Volverse una nube y al astro besar.
La vida, la que mi verso llenó,
Llenó de melancolía,
Cancerbero de mis sueños,
La vida del alma, la vida vendaval
De noches y porfías,
Quiera dios que me quede para amar todavía
Triste poema aquel
Donde le lego mi última esperanza
A la vida.
Hoy he despertado y al mirarte a ti,
Siento que te falta la razón de ser,
No eras diferente a lo que conocí
Y mi pobre alma se volvió a perder.
Hoy he despertado y al mirarme a mi,
Pienso que de sueños no saldré jamás,
Que soy una pena que anda por ahí
Cambiando su nombre por felicidad.
La vida, la que mi verso llenó,
Llenó de melancolía,
Cancerbero de mis sueños,
La vida del alma, la vida vendaval
De noches y porfías,
Quiera dios que me quede para amar todavía
Triste poema aquel
Donde le lego mi última esperanza
A la vida.
VOZ 1: Hoy he despertado y al mirar al sol,
me ataca la pena de su triste azar,
siento que lo ahoga todo su calor
que sueña pararse en la humedad del mar.
Hoy he despertado y al mirar al mar
siento que su sueño es una piedra y más
que quiere secarse en el calor del sol,
volverse una nube y al astro besar.
La vida, la que mi verso llenó,
llenó de melancolía,
trae senderos de mis sueños, la vida del alma,
la vida vendaval, de noches y porfías.
Quiera Dios que me quede para amar
todavía.
Triste poema aquel
donde delego mi última esperanza
a la vida.
Hoy he despertado y al mirarte a ti,
siento que te falta la razón de ser,
no eras diferente a lo que conocí
y mi pobre alma se volvió a perder.
Hoy he despertado y al mirarme a mí,
pienso que del sueño no saldré jamás,
que soy una pena que anda por ahí,
cambiando su nombre por felicidad.
La vida, la que mi verso llenó,
llenó de melancolía,
trae senderos de mis sueños, la vida del alma,
la vida vendaval, de noches y porfías.
Quiera Dios que me quede para amar
todavía.
Triste poema aquel
donde delego mi última esperanza
a la vida.
A la vida.
A la vida.