‘‘ La inspeccion’’

Todo transcurre en una empresa allá en Centro Habana, en la que le dicen que, que va a venir una inspección, imagínate tú, nada más que le dijeron eso y miren lo que pasó:
Urgentemente se citó una reunión
con toda la gente
que trabajaba en la empresa
y de repente
se nos dio la información
que habría visita de inspección, y por sorpresa, ay mi madre.

Y se formó el desespero por aquí,
y se formó el corre-corre por allá,
y en solo tres días querían
declarar modelo la unidad,
y barrieron el taller,
y limpiaron el portal,
y adornaron el local
con las flores que arrancaron de un rosal,
costara lo que costara
aquello tenía que brillar
había que impresionar
para cuando la visita llegara.

Y la visita llegó y como todo lo encontró aparentemente exquisito dijeron que habían reunido todos los requisitos para ser unidad completamente modelo. Pero José, el buen trabajador, el ejemplar, se paró y en aquella reunión al director le dijo así:

Modelo de qué, de qué,
a mí no me engaña usted.

Si para no quitar el churre
han pintado la pared.

Modelo de qué, de qué,
a mí no me engaña usted.

A otro con cuanta patraña
en las cortinas quedan muchas telarañas.

Modelo de qué, de qué,
a mí no me engaña usted.

A última hora compraron ceniceros
y las colillas las tiraban antes en el suelo.

Modelo de qué, de qué,
a mí no me engaña usted.

Adornaron todo el local,
con las flores que arrancaron de un rosal.

Modelo de qué, de qué,
a mí no me engaña usted.

Ay, director, yo lo siento,
pero si no lo digo reviento,
esto no puede ser modelo
porque esta empresa es un
revuelo.